Por: Lou Frenzel

 

Los componentes principales de un sistema eléctrico de distribución son sus transformadores de potencia.  Ellos sirven para elevar el voltaje generado para que sea transportado eficientemente sobre redes aéreas de voltaje elevado y de gran longitud.  Al final de estas redes, los transformadores nuevamente sirven para reducir el voltaje elevado para que la electricidad sea distribuida de diversas maneras entre los usuarios de los servicios eléctricos. 

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Los transformadores están ubicados generalmente a la intemperie en las plantas eléctricas y en cientos de subestaciones construidas a lo largo de las redes de transmisión de electricidad.  Generalmente no son afectados por las variaciones climáticas,  sin embargo son susceptibles  a las balas las que hacen que los transformadores sean los eslabones más débiles de un sistema eléctrico.  Si a alguien se le ocurre usar un rifle a distancia y dispara rompiendo los aisladores de los transformadores, estos salen fuera de servicio interrumpiendo el flujo de la potencia eléctrica. Afortunadamente, las empresas eléctricas tienen planes de contingencia para estos eventos y tienen sistemas automáticos para que la salida de un transformador averiado no origine un apagón.

 

Pero de todas maneras, la avería de un transformador de potencia es algo que causa pérdidas económicas a las empresas eléctricas porque estos equipos no son fáciles de adquirir y remplazar.  Estos transformadores son fabricados de acuerdo a las especificaciones técnicas de cada sistema eléctrico y dicha fabricación toma de uno a dos años de duración.  También, hablando del costo de cada transformador de potencia, y dependiendo del tamaño, desde los más pequeños a los más grandes, sus costos pueden variar desde $ 1 millón a $ 10 millones.  Además el peso de estos transformadores esta entre una a dos toneladas, haciendo que su transporte sea dificultoso.  Sobre todo su transporte marítimo si es que la fabricación del transformador de potencia es hecha en otro país.

 

 

 

 

Por lo expuesto, y considerando que los transformadores de potencia son indefensos ante los terroristas y ante los usuarios insatisfechos quienes pueden fácilmente averiarlos usando rifles de distancia, las empresas eléctricas deben tomar precauciones.  Los apagones de los servicios eléctricos no son deseables y causan mucho daño.  Pensemos en los servicios comerciales, los hospitales, y los servicios del gobierno que dependen de los servicios eléctricos para su funcionamiento.  Causa miedo el pensar que podríamos pasar semanas y meses sin contar con servicios eléctricos.  Tenemos que pensar en cómo proteger a los transformadores de potencia.  Tal vez dotarlos de protección especial y blindaje a prueba de balas.  Las empresas eléctricas pueden tener transformadores pequeños de repuesto pero les sería muy costoso el tener repuesto de los transformadores grandes.

 

La mayoría de las subestaciones no son seguras.  Generalmente tienen una valla de protección, video cámaras de vigilancia y guardias armados.  Pero ninguno de estos elementos de seguridad sirve contra un atacante que dispara balas con rifles de acción a distancia.  Hasta podemos decir que las acciones de este tipo de gente fácilmente podrían causar daño a sistemas eléctricos a nivel nacional.  Cual podría ser la solución?

 

Ya que los terroristas saben que podrían causar un daño enorme paralizando el funcionamiento de los sistemas eléctricos averiando a los transformadores de potencia, y causando apagones, la protección que cada uno de nosotros debe obtener individualmente es comprarnos un sistema de emergencia solar fotovoltaico para cuando ocurran los apagones.

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